Hace unos 17 años, cuando adquirí un interés personal en el autismo, el vínculo con síntomas abdominales se mencionaba en la literatura, pero era fácilmente descartado como coincidental. A lo largo de los años se ha suscitado un interés creciente en el tema, impulsado curiosamente por hipótesis altamente especulativas, como por ejemplo, el síndrome de permeabilidad intestinal o la enterocolitis autista. La razón de este blog es que, si dicha relación resulta no ser coincidental, yo hubiera favorecido una explicación más sencilla. La prueba para un argumento científico debe de utilizar proposiciónes médicamente aceptables. Hacer lo contrario daría lugar a un tipo de regresión infinita. En el caso del autismo y padecimientos abdominales yo hubiera empezado eliminando un posible vínculo con la migraña.
Tanto el autismo como las migraña son condiciones totalmente diagnósticadas basadas en el historial clínico. En algunos niños con antecedentes familiares de migraña, se notan dolores abdominales, distensión abdominal, vómitos y diarrea que provienen en ataques paroxísticos comenzando alrededor de los 7 años de edad. Estos paroxismos alcanzan su apogeo para los diez anos y luego disminuyen gradualmente y son reemplazados por dolores de cabeza durante la época de la pubertad. Estos ataques abdominales son precipitados por sonidos, luces y / u olores, y son acompañados por una variedad de síntomas autonómicos, como palidez y enrojecimiento de la piel. Algunos alimentos también pueden precipitar las migrañas abdominales. Los alimentos mas comúnmente implicados en este sentido son la leche de vaca, el chocolate, queso, productos de trigo, el centeno y frijoles horneados. La intolerancia a una amplia gama de alimentos ha llevado a algunos investigadores a sugerir que las migrañas abdominales son un tipo de alergia a ciertos alimentos y que los sintomas pueden ser tratados por dietas. Muchos de estos factores son comunes al autismo. Sin embargo, la similitud más llamativa es que un porcentaje significativo (30%) de ambos migrañosos y de individuos autistas tienen niveles sanguíneos elevados de una sustancia química llamada serotonina.
La gran mayoría de la serotonina se encuentra en las células epiteliales del intestino. La acción de la serotonina en el intestino puede ayudar a explicar muchos de los síntomas anteriormente mencionados (véase la figura siguiente), pero al mismo tiempo pueden ofrecer la esperanza de una intervención terapéutica. El tratamiento de la migraña incluye agentes serotonérgicos durante los episodios agudos y anticonvulsivos profilácticos. Tanto los migrañosos como los autistas, también presentan una corteza cerebral hiperexcitable. Se ha reportado que las auras visuales y las ilusiones de los migrañosos son manifestaciones de esta corteza hiperexcitable.
En pacientes donde el nivel de serotonina ha sido aumentada como efecto secundario de medicamentos (por ejemplo, antidepresivos), puede haber una rápida aparición de síntomas caracterizado por agitación, diarrea, alucinaciones, náusea, vómitos, cambios en la temperatura corporal, y movimientos motores que se vuelven menos coordinado de lo habitual.
La figura ilustra el papel de la serotonina juega en la función intestinal. El nombre químico de la serotonina se abrevia como 5-HT.
La migraña abdominal ocurre en ciclos con recuperación entre ataques. El diagnóstico diferencial incluye patologías abdominales, como la enfermedad biliar, obstrucción intestinal parcial y el síndrome de intestino irritable. Oliver Sacks ha declarado en cuanto a la migraña abdominal: «… probablemente no hay campo en la medicina tan sembrado de los restos de un mal diagnóstico y tratamiento, y de intervenciones médicas y quirúrgicas bien intencionados pero equivocadas por completo». El diagnóstico erróneo de la migraña intestinal es una ocurrencia común que conduce a numerosos referidos médicos y a estudios invasivos como la endoscopia.
¿ Son más comunes las migrañas en personas autistas? Nadie sabe a ciencia cierta. Los estudios a gran escala no sido han realizados. Hay muchos informes no científicos de pacientes en el Internet. En una encuesta reciente en el planeta equivocado (Wrong Planet) entre la percepción subjetiva de los pacientes adultos con TEA (146 respuestas) mujeres con migrañas superaban con creces a las que no tenian cefalea 42 a 9%. Entre los hombres, la proporción fue menor, aún superando