Las vacunas y el autismo

Hace varios años se me acercaron varios abogados del gobierno federal de los Estados Unidos que querían que yo declarara ante las Actas del Programa de Compensación de Daños Ocasionados por Vacunas. Ellos querían usar resultados de mi investigación con el fin de probar el origen antenatal del autismo y con ello desacreditar las afirmaciones de aquellos que postulaban que las vacunas ocasionaban el mismo. Los abogados me dijeron que se trataba de una lucha cuesta arriba ya que la defensa sólo tenía que proponer la viabilidad de un mecanismo con el fin de recibir una adjudicación a su favor. En esencia, en este tribunal no había la necesidad de demostrar causalidad. Tres hipótesis se iban a ensayar, a saber, si el timerosal (un conservativo que contiene mercurio encontrado en las vacunas), el virus del sarampión/paperas/rubéola (encontrado en la vacuna del SPR), o una combinación de ambos pudieran ofrecer una posible explicación para el autismo. Dado el gran número de reclamaciones (aproximadamente 4900 casos) que estaban siendo manipuladas por los Maestros Especiales del Tribunal de Reclamaciones Federales de los Estados Unidos, se seleccionaron 3 casos entre ellos por los abogados defensores para poner a prueba cada una de las tres hipótesis.

Las Actas tomaron menos tiempo de lo esperado y después de descartar las 2 primeras hipótesis no pareció necesario el traer la tercera a juicio. Dado el bajo nivel de prueba requerido para ganar un veredicto (es decir, proponer un mecanismo biológicamente plausible) pensé que la defensa no había sostenido su punto de vista adecuadamente. En efecto algunos de los testigos llamados a declarar tenían pocas credenciales académicas y muchos de sus reclamos parecían ideas descabelladas para cualquier persona con sentido común. Teniendo en cuenta los datos presentados por ambas partes estoy fácilmente de acuerdo con la decisión presentada por los Maestros Especiales de las Actas del Autismo. No hay ninguna prueba creíble de que tanto el timerosal como la vacuna del SPR causen el autismo.

En algún momento luego de las Actas del Autismo una niña de nueve años de edad, con el nombre de Hannah, sostuvo su caso en el mismo escenario judicial para ver si sus síntomas, parecidos al autismo, eran el efecto secundario de la vacunación. Hannah, la hija de Jon y Terry Poling, recibió cinco vacunas a los 19 meses de edad. Aunque Hannah se había desarrollado normalmente hasta esa edad, poco después de la vacunación desarrollo una fuerte fiebre y se puso letárgica. Hannah perdió muchos de sus logros y desarrolló síntomas característicos del autismo adquirido. Jon Poling, un neurólogo entrenado en Hopkins, llevó el caso a la corte con un gran apoyo de la comunidad médica, incluyendo el muy respetado doctor Andrew Zimmerman. En el caso particular de Hannah la Corte reconoció fácilmente que un desorden mitocondrial subyacente (ver http://bit.ly/1BYLxEY) había predispuesto a Hannah a daño cerebral tras la vacunación.

Durante mi formación en Neurología yo estaba consciente que la vacunación tenia muchos posibles efectos secundarios. Por alguna razón inexplicable muchas vacunas pueden dar lugar, en individuos susceptibles, a mayores tasas de trastornos neurológicos como el síndrome de Guillain-Barre, esclerosis múltiple, parálisis facial, polineuritis, encefalitis y encefalopatías. Mi nieto es una de esas personas que son susceptibles, por causas desconocidas, a las vacunas. Sufre de autismo sindrómico debido a una mutación en el gen NLGY1. Aunque el caso de mi nieto ha sesgado mi mejor juicio, he sido un firme defensor de que los pediatras no deben jugar a la ruleta Rusa sometiendo a sus pacientes a 5 o 6 vacunas en una sola visita.

Mi nieto y otros como él son parte de una muy pequeña minoría de pacientes que pueden sufrir reacciones violentas a las vacunas. El riesgo para esta población susceptible, al menos en la actualidad, es inevitable cuando se considera la vacunación en masa de una población. ¿La pregunta entonces es si los beneficios de la vacunación superan los riesgos? La vacunación en masa de la población en general ha erradicado la viruela. Podríamos haber dicho lo mismo acerca de la poliomielitis, pero la desconfianza del gobierno Nigeriano en la creencia de que las vacunas ocasionaban la esterilidad ha impedido este esfuerzo. A partir del 2004, aproximadamente el 78% de los 440 casos de poliomielitis notificados en todo el mundo provienen de Nigeria. Países como Estados Unidos, donde un fuerte movimiento anti-vacuna está presente tienen pésimas estadísticas relacionadas a las enfermedades prevenibles por vacunación. Nuestra tasa de prevalencia de la tos ferina, como ejemplo, es de 10 a 100 veces mayor que en países como Hungría, donde la tasa de vacunación es muy alta.

El movimiento anti-vacunas es impulsado por la ignorancia y la aparente necesidad de actos histriónicos. Después de escuchar sus conferencias, no pudiera tener una peor opinión de Andrew Wakefield (ver http://bit.ly/1bUsqpq) y su investigación sobre el SPR. Sus teorías conspirativas e ideaciones paranoides apelan a las emociones pero no están respaldadas por la buena ciencia. Tanto el gobierno federal como las organizaciones de apoyo laico están financiando la investigación sobre efectos secundarios de las vacunas. Estoy de acuerdo en que esta investigación, cuando meritoria, debe de continuar. Sin embargo, hasta la actualidad, los resultados de la investigación no han ofrecido ningún apoyo creíble para el movimiento anti-vacunas.

Nota: Siempre he pensado que los tres casos índices en las Actas del Autismo fueron mal manejados. Ellos ofrecen muchos puntos en común, aparentemente provocados por múltiples vacunas que fueron dadas simultáneamente en la misma visita, por ejemplo, fiebre alta, cambios en el estado de conciencia, convulsiones y deterioro cognitivo notable. Estas reacciones fueron catalogadas como severas y fuera de lo común. Me parece que estos casos, al igual que mi nieto y Hannah Poling, pudieran haber tenido una susceptibilidad a los efectos secundarios causados por las vacunas y nada que ver con el timerosal o un virus vivo de la vacuna SPR. Aunque no soy un defensor de la medicina de precisión (ver http://bit.ly/1EGp0B6), tal vez la identificación de personas susceptibles a la vacunación sería una de las gracias de esta nueva iniciativa por parte del gobierno federal.

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