Neurotribes: Una historia cayéndose a pedazos

«En primera instancia Bettleheim, ahora Silberman»
-Manuel Casanova (2016)

Han pasado varios meses desde que apareció la publicación de Steve Silberman titulada Neurotribes y cada vez se hace más aparente la naturaleza artificial de este libro. La historia de Kanner como un villano en contra de Asperger (el santo de la Neurodiversidad) contiene errores de hecho. La suposición de que Kanner robó la idea/diagnóstico de autismo de Asperger está cayendose a pedazos. John Robison, un prominente defensor de la Neurodiversidad, se está distanciando de Silberman y ha escrito su propia historia. Sus conclusiones hablan de la falta de mérito en la afirmación de que Kanner intencionalmente robó de Asperger la idea del diagnóstico de autismo. Por otra parte, como alguien que ha leído la literatura, John profesa una admiración hacia Kanner y espera traer los logros de este último a luz en futuras publicaciones. En la actualidad muchos académicos, como Pat Howlin, Joe Piven, Bennett Leventhal, Olga Bogdashina, y Jim Harris han expresado sus preocupaciones por las alabanzas inmerecidas que este libro ha recibido. Estudiantes indignados de Lorna Wing toman excepción a Neurotribes (el libro fue dedicado a Lorna Wing) cuando Silberman, aparentemente no es capaz de descifrar si Lorna Wing era una psicóloga o psiquiatra.

Es cierto que Silberman aparentemente «descubrió» que George Frankl fue a trabajar con Kanner después de haber trabajado con Asperger. A partir de ahí Silberman formuló la grandiosa idea de que Kanner había robado el diagnóstico de autismo de Asperger ya que Frankl pudiera haber actuado como intermediario entre los mismos. Como cuestión de hecho Kanner reconoció en sus publicaciones que Frankl trabajo con él en Hopkins. Lo que es discutible es si Frankl fue capaz de guiar a alguien de la talla de Kanner. En aquel entonces los miembros de la facultad de Johns Hopkins eran médicos de gran talento con una rica tradición europea. Parece probable que cualquier miembro del Departamento de Psiquiatría en Hopkins pudiera haber tenido una mejor preparación académica que Frankl.

El Departamento de Psiquiatría de Hopkins fue establecido por Adolf Meyer y desde muy temprano desarrolló una tradición de entremezclar ideas europeas del psicoanálisis con las bases biológicas de la neurología y neuropatología. Este fue el departamento donde Lauretta Bender (psiquiatra y neuropatóloga) hizo su investigación inicial antes de establecerse en Nueva York como la principal autoridad mundial en la esquizofrenia infantil. Lauretta, una figura de gran influencia sobre Kanner, escribió uno de los obituarios académicos de Kanner. En sus escritos, es evidente que Lauretta y Kanner tenían una sociedad de admiración mutua. Fue en Hopkins donde Lauretta conoció a Paul Schilder, MD, PhD su futuro esposo. Paul, un psiquiatra austríaco que emigró a los Estados Unidos, trabajó junto con Lauretta en el diagnóstico y tratamiento de niños psicóticos y la publicación de más de 300 artículos antes de su muerte prematura.

En Hopkins Frankl era una adición interesante que pudiera haber recibido tutoría de otros pero probablemente no lo contrario. Sus pocos años en la institución fueron relativamente mediocres y sus escritos en lo que respecta a la desconexión emocional observada en algunos niños con autismo denotan cierta confusión en cuanto a mecanismos fisiopatológicos. Aunque muy alabado por Kanner, Frankl carecía de la tradición biológica forjada en Hopkins y finalmente se trasladó después de unos años a encabezar una pequeña clínica psiquiátrica infantil en Kansas City.

Contrariamente a la afirmación de Silberman en Neurotribes, Kanner dio su opinión sobre la contribución de Asperger al menos dos veces durante su vida. Kanner describió los síntomas del autismo clásico estando presentes desde el nacimiento y por lo tanto creía que este era un desorden del desarrollo neurológico. En esta creencia Kanner siempre fue firme. Asperger estuvo de acuerdo con Kanner y creía que sus propios casos representaban un trastorno de personalidad forjado durante la vida del individuo. Asperger explicó el uso de la palabra psicópata como un trastorno de la personalidad en la introducción de su artículo. Por desgracia, Uta Frith no tradujo esta sección en su conocida versión en inglés.

Mientras Kanner tomaba medidas para publicar su serie de pacientes, Frankl estaba completamente pérdido sobre el autismo. Él nunca pudo distinguir si el autismo se diferenciaba de la esquizofrenia infantil, o si era una condición del desarrollo neurológico o un desorden de personalidad. Su interés, en todo caso, se centró en casos no idiopáticos que diferían notablemente del autismo clásico de Kanner. Frankl no fue un mentor para Kanner porque él nunca llego a una conclusión propia y no tenía ideas para enseñar. Su índice de citas (contrario a Kanner) era pésimo y su obra nunca fue reconocida como de ninguna importancia. De hecho, fue Kanner el que por primera vez trajo a colación el tema del autismo en una carta a la madre de uno de sus pacientes. Más tarde Kanner desarrolló un diagnóstico diferencial e introdujo antecedentes históricos dentro de la literatura médica. Cuando Kanner trabajó en sus casos y preparó sus publicaciones, Frankl ya había pasado muchos años al olvido. En un giro del destino Kanner está siendo vilipendiado por haber empleado a Frankl en vez de ser reconocido por haberle salvado su vida.

Lo que es raro en el informe de Asperger es el hecho de que sus casos todos eran varones de funcionamiento superior, y muchos tenían habilidades importantes. Ahora parece más evidente que el sesgo en su serie probablemente reflejaba el hecho de que el Tercer Reich (o Asperger por sí mismo) eliminaron aquellos pacientes que eran principalmente mujeres de menor funcionamiento o que carecían de habilidades útiles. Por lo tanto, a pesar de Asperger haber reconocido habilidades especiales en algunos individuos autistas también el elimino los que carecían de las mismas. El paralelo entre la eliminación del régimen nazi de los individuos de bajo funcionamiento y la falta de reconocimiento hacia los mismos individuos en Neurotribes es asombroso.

Como se dijo en un blog anterior, el Sr. Silberman reconoce que él dejó a los individuos más severamente afectados de su libro, ya que, «Si vivimos lo suficiente, todos nos convertimos en portadores de pañales … La discapacidad es una parte de la experiencia humana. » Este no es el caso. Golpearse la cabeza o el uso de pañales no es parte de nuestra experiencia humana, sin importar la edad de la persona. En este sentido Silberman, Asperger, y el régimen nazi tienen mucho en común. Es fácil ver por qué Silberman condona las acciones asesinas por parte de Asperger (ver: bit.ly/1npmaLq).

 

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Fotografía: Regrese durante el fin de semana para descubrir que mi nietecito había sido hospitalizado una vez más. Él es uno de esos «portadores de pañales» que la Neurodiversidad y Silberman deliberadamente ignoran. Su falta de empatía hacia aquellos menos afortunados es atroz. Ver bit.ly/1npDkZi

Contrariamente a las declaraciones de Silberman en Neurotribes parece que los médicos durante el tiempo de Asperger tenían que prometer lealtad al Tercer Reich con el fin de ejercer la medicina en las instituciones académicas. El historiador austríaco de atrocidades nazis Herwig Czech, ha narrado la participación de Asperger en el Tercer Reich. La historia está parcialmente disponible en una publicación alemana editada por Arnold Pollak y escrita en colaboración con Maria Asperger Felder, Herwig Czech, Helmut Groger, Francesca Happe, Kwthrin Hippler, Fritz Poustka, Roxane Sousek y Lorna Wing. La misma se titula Auf den Spuren Hans Asperger. Por desgracia, muchos detalles de las atrocidades en las cuales Asperger participo no se ofrecen en la publicación. En un futuro próximo Herwig Czech va a presentar los detalles en un escrito extenso para su publicación en Molecular Autism. Con suerte la próxima publicación de Czech será el último clavo sobre el ataúd de Silberman.

Parece que Steve Silberman hizo contacto par de veces con Herwing Czech, pero nunca con preguntas de sondeo interesantes. Silberman llego a conocer del envolvimiento de Asperger con los Nazis, pero prefirió no hablar de esto en su libro. Donvan y Zucker también se pusieron en contacto con Czech y establecieron una relación a largo plazo con constantes preguntas, peticiones de documentos y verificaciones. Esto contrasta con la preocupación primaria de Silberman: cuando era que Czech iba a publicar todo su informe? Mientras Silberman entrevistaba a Czech ya el mismo parecía tener una historia en mente y quería publicar su libro antes que el informe completo de Czech apareciera en prensa. De hecho, las personas entrevistadas por Silberman han dicho «que el quería publicar primero» (no se me ha dado permiso para divulgar los nombres). Silberman era muy consciente de los esfuerzos de Donvan y Zucker y quería que su historia apareciera en la prensa tan pronto como fuera posible. Es una lástima, si Silberman hubiera esperado el pudiera haber aprendido de los esfuerzos de investigación de Donvan y Zucker y asi haber evitado el escribir conceptos erróneos ahora diseminados en Neurotribes.

Para aquellos interesados en otras lecturas sobre Neurotribes, por favor refiérase a los siguientes blogs:

Neurotribe or diatribe ?: bit.ly/1psMJ45

Steve Silberman y su tribu de simpatizantes nazis: bit.ly/1npmaLq

Una respuesta a “Neurotribes: Una historia cayéndose a pedazos

  1. Pingback: definición, epidemiología y detección del autismo – #100TEA | neuronas en crecimiento·

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