Los posibles peligros de la radiación electromagnética (REM) han sido objeto de muchos titulares recientes. De hecho, ha habido informes que relacionan la REM con el colapso de colonias de abejas, el síndrome del edificio enfermo, la fatiga crónica, el cáncer y, más recientemente, el autismo. ¿Qué explica este aumento de interés en la REM durante los últimos años? Durante la mayor parte de nuestra historia evolutiva, los humanos hemos estado expuestos a la radiación electromagnética. La luz solar es parte de la radiación electromagnética y nuestras vidas dependen de ella. Las descargas electrostáticas, en forma de rayos, generan una amplia gama de radiación electromagnética. Dentro de este espectro, la radiación de frecuencia más baja (aproximadamente 7,8 Hz o ciclos por segundo) tiene la potencia más alta. Esta frecuencia, generada por cambios climáticos, se llama la frecuencia de resonancia de Schumann. Algunos científicos creen que la frecuencia de resonancia de Schuman ayuda a establecer nuestro ritmo basal de ondas cerebrales y facilita nuestros ciclos de sueño. La radiación ambiental puede afectar la fisiología de nuestro cerebro porque el cráneo protege al cerebro del daño físico, pero es, en su mayor parte, transparente a los efectos de la radiación.

Figura: Grabando el voltaje que corre por mi cuerpo con un osciloscopio. El subtítulo en la figura indica 59.7 Hz que refleja la influencia de la frecuencia de línea (alimentación o red). Nuestros cuerpos actúan como antenas receptoras que capturan REM de nuestro entorno (por ejemplo, luces fluorescentes, wi-fi, enrutadores). Esta radiación, del ambiente, se agrega a varios voltios en nuestros cuerpos. Tocar ciertos dispositivos, como una computadora portátil o una bola de plasma, aumenta notablemente el voltaje de nuestro cuerpo.

En las últimas décadas, la radiación electromagnética ambiental ha aumentado exponencialmente debido a fuentes artificiales. Las líneas eléctricas transmiten electricidad a nuestros hogares a frecuencias dictadas por la velocidad de ciclo de los generadores (en los EE.UU. es de aproximadamente 60 Hz). La transmisión de radio y televisión utiliza ondas portadoras a altas frecuencias para modular las señales. Además, dado que la propagación de la radiación electromagnética varía con el cuadrado inverso de la distancia, la cantidad de energía utilizada para cubrir largas distancias es extremadamente alta. Tocar una antena, incluso desde un transmisor aficionado, puede causar una quemadura de radiación severa. En exposición directa, la energía de radiofrecuencia se transforma en el cuerpo como calor, causando la muerte celular a altas temperaturas.

En el caso del radio, las altas frecuencias son necesarias para irradiar más efectivamente la señal desde una antena de tamaño adecuado. A lo largo de la historia de nuestro mundo, el cuerpo humano nunca había estado expuesto a estas radiaciones de alta frecuencia. Más recientemente, los teléfonos celulares han forjado un nicho dentro del espectro electromagnético con altas frecuencias de transmisión necesariasque son requeridas  por sus pequeñas antenas. Ahora nos encontramos rodeados de REM artificial, cuyos efectos, como veremos en el siguiente párrafo, son difíciles de predecir.

La radiación electromagnética tiene las propiedades duales de ondas y departículas, lo que significa que se reflejarán o absorberán dependiendo de la naturaleza y ángulo de incidencia del material impactado. La acumulación e interferencia variables de estas ondas y sus reflejos pueden hacer que estemos expuestos a puntos calientes dentro de nuestro entorno. Este fenómeno dificulta el estudio de los efectos de REM ya que muchos estudios se enfrentan a un sesgo retrospectivo y dificultades para cuantificar los niveles de exposición de REM. Por lo tanto, no es sorprendente que muchos de los efectos de la REM sigan siendo invisibles para nosotros. Para complicar las cosas, los investigadores utilizan técnicas bastante insensibles, como los índices térmicos y mecánicos, para evaluar el riesgo de exposición. Los descubrimientos continuos sobre los mecanismos de acción de la EMR (por ejemplo, las brechas de uniones en las neuronas) solo subrayan cuán inadecuadas son estas técnicas de vigilancia para estimar el potencial de riesgo para la salud.

Figura: Las fuentes que reflejan la REM son difíciles de predecir. En este caso en particular, uno de mis gatos (George) refleja fácilmente REM, pero otro gato (Sunny, RIP), con diferente tipo de pelaje, no lo hace. Los recuentos eran bastante más altos pero difíciles de capturar cuando intentaba tomar la fotografía y sostener el dispositivo de medición simultáneamente. George, por otro lado, cooperó plenamente.

En la actualidad, la REM ambiental se ha contaminado con frecuencias muy altas provenientes de fuentes de alimentación conmutadas (es decir, adaptadores de toma de corriente que transforman el voltaje de la línea en algo utilizable por un equipo eléctrico, también llamado “verrugas de pared”) y otros equipos digitales. El gobierno ha impuesto regulaciones sobre las verrugas de la pared que requieren la instalación de filtros para disminuir la propagación hacia atrás de estas frecuencias en nuestro voltaje de línea. Estas medidas son imperfectas y la contaminación de alta frecuencia (también conocida como “electricidad sucia”) está en todas partes. Existe una fuerte evidencia que relaciona la electricidad sucia con el cáncer, especialmente en niños.

Figura: Capturando la llamada electricidad sucia con mi osciloscopio. El canal 1 (arriba) refleja el voltaje de línea de nuestro entorno captado con una antena. El mismo muestra una forma de onda de aproximadamente 60 HZ. Esta es una onda sinusoidal imperfecta que exhibe espigas ocasionales de alta frecuencia. En el canal 2 tenemos el contenido filtrado de la onda montando sobre el voltaje de la línea. Este “voltaje contaminante” es de mayor frecuencia (en el rango de KHz) y se ha denominado electricidad sucia. Gráficos registrados a diferentes escalas (canal 1 a 200 mV por división y canal 2 a 5 mV por división)

Más recientemente, la REM se ha propuesto como un factor causante del autismo. Este es un problema popular para el debate en Autism One, YouTube e incluso en Facebook, donde tiene su propia página. Las afirmaciones se basan en la posible correlación entre el aumento de la prevalencia de autismo y nuestra propia exposición creciente a EMR. Un investigador distinguido escribió un artículo de dos partes sobre el tema que hizo poco en términos de aumentar la conciencia pública (en el último recuento, los artículos fueron mal citados después de varios años de publicación). Desafortunadamente, la correlación no implica causalidad. Además, muchas de las analogías entre síntomas de autismo y REM están fuera de lugar. Se han hecho innumerables afirmaciones sobre REM como el agente causante de la inflamación cerebral en el autismo, cuando incluso se cuestiona la existencia de la susodicha inflamación (ver blogs anteriores sobre este tema: https://corticalchauvinism.com/2013/02/04/inflammation- y-autismo / y https://corticalchauvinism.com/2014/08/27/the-so-called-inflammation-of-autism/).

REM es un peligro claro y presente del cual se necesita mucha más investigación. Hay radiaciones dentro del espectro electromagnético que nos afectan incluso durante el desarrollo del cerebro (por ejemplo, ultrasonido) y estamos aprendiendo más sobre ellas con cada día que pasa con respecto a los posibles mecanismos de acción. Necesitamos seguir haciendo la investigación necesaria, controlando las variables necesarias, antes de sacar conclusiones. Al menos, las conclusiones sobre REM y autismo actualmente están fuera de lugar.

Referencia

Casanova MF. Autism Updated: Symptoms, Treatments and Controversies. Amazon Publishing, 2019.