El tema de entrenamiento para ir al baño generalmente viene a la atención del médico cuando los mismos entablan una conversación con los padres sobre conductas problemáticas en sus hijos. Generalmente, la conversación pasa a ser un relato de un niño joven que tiene problemas en la escuela primaria ya que no está capacitado para ir al baño. En algunos casos, puede que el mismo tenga «accidentes» incluso varios años después de haber sido entrenado. No es sorprendente que el personal escolar a menudo se encuentre mal preparado para hacer frente a estos accidentes. ¡En esta era de vigilancia sexual, algunos maestros pueden requerir que el cambio de pañales se incluya en un programa educativo individualizado antes de tomar cualquier medida!
El entrenamiento para ir al baño es un problema común en el autismo. Hay libros (ver más abajo) y blogs útiles sobre el tema. La National Autistic Society ha ofrecido pautas para el entrenamiento éxitoso para ir al baño. Una de las mejores guías para ir al baño fue escrita por Stacy Blasko del Instituto Kennedy Krieger.
Para muchas personas autistas, un umbral importante a superar para entrenar ir al baño es su incapacidad para comprender sus propias sensaciones corporales:
“Las dificultades con la interocepción ayudan a explicar por qué me cuesta identificar mis síntomas cuando estoy enfermo, por qué a veces parezco comer refrigerio tras refrigerio sin sentirme lleno y por qué me molesto tan rápidamente, porque no lo siento hasta que ya estoy envuelto en una tormenta de incomodidad y de frustración”. — Chloe, 23 años con autismo.
El entrenamiento para ir al baño requiere un cierto nivel de desarrollo en el que una persona reconoce la necesidad de orinar/defecar y desea limpiarse después de este acto. Convertir todo esto en una rutina juega con las fortalezas de un individuo autista. Una guía visual ofrece la mejor manera de reforzar el aprendizaje. Puede obtener muchos ejemplos visuales instructivos del Internet.
Tenga el baño siempre preparado (ej., taburetes, inodoro especiales para niños). Esté atento a los problemas sensoriales. Para algunas personas autistas la presencia de luces incandescentes en el baño, el asiento frío del inodoro, y el sonido “swooshing” de la descarga pueden ser dolorosos.
Para algunos niños con TEA, ir al baño puede ofrecer una oportunidad para mejorar sus áreas de interés. Un niño interesado en la astronomía puede considerar que el papel higiénico es una forma útil de medir distancias relativas entre los planetas (ver ilustración más abajo). Con el Internet, las posibilidades de realizar experimentos científicos con el papel higiénico parecen ilimitadas. Todos estos proyectos pueden aumentar indirectamente el interés de un niño en ir al baño.
Apoye y establezca una comunicación positiva y refuerce el uso del baño. Hay que comendar al niño inmediatamente después de un intento exitoso. Los elogios pueden venir con pegatinas o alguna comida favorita.
Tenga en cuenta que las peculiaridades dietéticas, la falta de fibra en la dieta y los hábitos sedentarios pueden promover el estreñimiento en sus niños. Algunos niños autistas reciben suplementos de vitaminas y minerales en grandes cantidades que pueden cambiar los hábitos intestinales. Además, algunas personas autistas pueden sufrir afecciones médicas (por ejemplo, enfermedad inflamatoria intestinal) que necesitan tratamiento, más que entrenamiento, para ir al baño. En algunos casos, las personas con enfermedad inflamatoria intestinal pueden recibir tarjetas de «No puedo esperar» para acceder a baños públicos en momentos de urgencia.
Referencias
Casanova MF. Autism Upated: Symptoms, Treatments and Controversies. Amazon Publishing, 2019.
Casanova MF. Benefits of a fiver diet for autistic individuals
Casanova MF. Autism: Antibiotics and the Microbiome
Fleming E, MacAlister L. Toilet training and the autism spectrum (ASD): a guide for professionals. Jessica Kingsley Publishers, 2015.