«Dios concédeme la serenidad
para aceptar las cosas que no puedo cambiar;
valor para cambiar las cosas que puedo;
y sabiduría para saber la diferencia «
-Oración de la serenidad
En una reseña anterior que escribí sobre el libro “El Buda Autista”, comenté que las reflexiones introspectivas de su autor, Thomas Clements, dejaron en claro que el mismo estaba profundamente consciente de los sentimientos y emociones de las personas a su alrededor. Se presume que esta capacidad cognitiva, también conocida como Teoría de la Mente (ToM), esta deficiente en individuos autistas. Algunos investigadores han propuesto ToM como un déficit central del autismo y lo ofrecen como una explicación putativa a la incapacidad que algunos de ellos tienen para relacionarse socialmente.
Siempre es una tentación peligrosa desempeñar el papel de un psiquiatra ausente que, sin haber examinado personalmente a un paciente, ofrece opiniones sobre su estado mental. Si bien reconozco las limitaciones de una opinión tan desinformada, me gustaría ofrecer mi impresión sobre las tribulaciones de Thomas y de cómo las mismas se relacionan al ToM.
El estrés es la respuesta del cuerpo a una amenaza percibida. Tener estrés es preocuparse por algo que nos pudiera herir o que pudiéramos perder. De manera simplista, tener estrés es tener ToM. En El Buddha Autistico, a Thomas no le importaba ser o no autista, su estrés provenía de saber que las emociones de sus padres estaban en juego. En la mente de Thomas, sus padres valoraban la educación y querían que el obtuviera un título universitario. El ansiado diploma les proporcionaría un trofeo para ellos exhibirlo sobre el mantel de la chimenea. El estrés de Thomas decía mucho sobre sus valores y de cómo el percibía el mundo que le rodeaba. Thomas reflexionó obsesivamente sobre su problema en manera típica de un individuo autista. Simplemente no podía dejarlo ir.
Los neurotípicos tienen una capacidad limitada para prestar atención a las cosas. Los individuos autistas, por otro lado, parecen tener un túnel de atención que les permite enfocarse e intensificar una percepción o pensamiento. En muchos casos, este túnel de atención puede procrear un estado negativo de excitación o ansiedad. Aunque solo es una opinión personal, creo que algunos autistas pueden aferrarse al dolor de una experiencia dada por mucho más tiempo que el neurotípico promedio.
Decartes dijo que somos humanos porque pensamos. Los individuos autistas son entonces muy humanos, ya que tienden a sobre pensar sus pemociones y las de aquellos que le rodean. Esta perseveración en la manera de pensar esencialmente destruye los argumentos de los defensores de la ToM en el autismo. Me atrevería a contrarrestar la propuesta de Decartes y decir que somos humanos porque, en lugar de pensar, tenemos la capacidad de elegir. La forma en que reaccionamos o nos adaptamos a nuestro entorno nos permite controlar situaciones difíciles.
Thomas se fue a estudiar a una universidad en el extranjero. El estrés de Thomas se agravó ya que carecía apoyo social en una ciudad lejana a donde se había criado. Thomas no hacía ejercicio, no investigó posibles actividades comunitarias en la escuela, y carecía de buenas opciones o salidas para liberar su energía. En lugar de compartimentar su estrés y hacerlo manejable, su estrés y depresión se generalizaron a otras áreas de su vida. No estaba cuidando de su vivienda, de su higiene o de su salud. Sus reflexiones lo llevaron a un lugar distante, lejos de su presente, donde Thomas creó una construcción mental o imaginaria del mundo. Esta construcción mental abrió la puerta a la depresión y a síntomas disociativos. En esta construcción mental del mundo Thomas carecía de opciones, autocontrol o de compasión para con sigo mismo.
Thomas fue institucionalizado en un hospital psiquiátrico y gradualmente mejoró. El tiempo fue su mejor aliado. Obtuvo consuelo cuando estableció amistad con un recluso y al aceptar que todas sus vicisitudes pasarían con el tiempo. No se necesitó de magia para que el se recuperara. Aunque participo en terapias de psicoanálisis, casi parecía que nadie le escuchaba. Más tarde, cuando se dio cuenta de que sus padres solo querían que el fuera feliz, la percepción de su estrés cambió. Thomas experimentó un crecimiento postraumático cuando se enfrentó al mundo real. Se dio cuenta de que la forma en que reaccionaba o que se adaptaba estaba bajo su control. Viktor Frankl dijo una vez: «Todo se puede quitar al hombre, excepto una cosa: la última libertad humana, elegir la actitud de uno en cualquier conjunto de circunstancias».
Para muchas personas, el estrés es tener miedo al miedo mismo. El manejo del estrés lo ayuda a tomar decisiones sobre quién uno es; las creencias fundamentales que uno puede tener y en las que quizás nunca haya pensado a profundidad. Vivir en el presente impide que tu mente se afiance a una falsa realidad. De hecho, vivir en el presente te permite vivir la vida al máximo.
Referencias
1) Zombies, Theory of Mind and autism
2) Ludwig Wittgestein debunks Theory of Mind in autism
3) Casanova MF. Autism Upated: Symptoms, Treatments an Controversies. Amazon Publishing, 2019.